viernes, 29 de abril de 2011

Conocimiento y Política. Otra dicotomía argentina



Conocimiento y Política. Otra dicotomía argentina.

Haciendo algunos recorridos en los túneles de la política argentina, resulta evidente que una tensión subyace el devenir de las generaciones políticas del S.XX argentino desde la muerte de Frondizi como “presidete-intelectual” o de mucho antes con el suicidio de Leopoldo Lugones como “el escritor-político”. A partir de estos dos momentos – simplificando mucho- observamos cómo el mundo del pensamiento se aleja cada vez más de la praxis y esta huye de manera despiadada del mundo de las ideas.

"La relación entre el conocimiento y la acción es inmanente a la existencia no del historiador sino del hombre histórico", escribe Raymond Aron en el prefacio del Político y el Científico de Max Weber. Nótese que la traducción en su versión francesa es Le Savant et le Politique, como el "sabio" o "el culto" más que como científico.

Este pensamiento actúa como disparador para analizar el pórque de esta tensión entre dos mundos- por cierto con legitimidades diferentes en la actualidad- que en otras épocas y lugares han sido referencia de un mismo espacio de sustentación de la acción colectiva.

No es posible pensar en un desarrollo en plenitud de “lo político” sin una clara idea de la importancia del pensamiento en su conciencia histórica y en el devenir de las generaciones.

Pensamiento que en su “academicidad” también actúa de manera aislada y deslegitima su verdadero lugar de encuentro con su contenido: la política real que no es más que la síntesis entre la idea y la acción.

La explicación a este fenómeno de distanciamiento tiene algunas explicaciones y las figuras de Lugones y Frondizi no son antojadizas. El primero decepciona a muchos por dos motivos: por un lado, el pasaje de un socialismo realista a un cuasi-fascismo militante; por otro, su determinación existencial despertó una pregunta acerca del papel de los intelectuales y su relación con lo político en la vida misma del clima epocal.

En el caso de Frondizi, su viraje en la política petrolera y el fracaso de su gobierno para “contener” al peronismo y evitar la ruptura institucional, llevaron a un proceso de desvaloración de su figura y de su papel como “hombre político-intelectual”.

El desafío de las nuevas generaciones es unir estas esferas que – por cierto con las tensiones de su propia naturaleza- deben encauzarse en búsqueda de una política de desarrollo inclusiva, donde ambas se retroalimenten positivamente como una misma unidad con sus dos objetivos propios: la búsqueda de la verdad y la búsqueda del bien común.

Juan Pablo Laporte, pensando

viernes, 22 de abril de 2011

La Argentina sin rostro humano.

La Argentina sin rostro humano

Los hombres que quedaron fijados en el encerramiento de ese país perdieron la facultad de discernir los rasgos de la persona humana" (Walter Banjamin, Sens unique, 1928, París, 1978.)

La cita precedente se inscribe en la profunda discusión en torno a las condiciones sociales de la República de Weimar y su debilidad extrema como régimen político que dio lugar al surgimiento del nacionalsocialismo.
Si bien la comparación es densa y compleja, se percibe en los estudios históricos de la época un clima que supera lo cuantitativo y se sumerge en la profundidad de lo humano para reflejar la crisis, más allá de las valoraciones frías de la estadística y la sociología.
Aquí en la Argentina cobra pleno sentido cuando vemos en lo urbano y en lo rural, en el “centro” y en “la periferia” de nuestro país, rostros, que reflejan el dolor de la inmensidad del sufrimiento.
Cómo ignorar a miles de argentinos que se sienten parte de este gran granero pero que tienen hambre – y sed muchas veces de justicia.
Cómo quedarse tranquilo luego de enfrentar una mirada que nos pide equidad más allá del gesto concreto de una moneda o un trozo de pan.
Cuánto esperar para ser lo que podemos ser. Para desarrollarnos además de crecer.
Cómo instalar en la “Elite” – ¿es una Elite?- dirigente, una conciencia profunda de ser una generación con un sentido de la historia trascendente y una ética republicana que priorice lo social como sustento de toda política pública.
Cómo pensar el bicentenario donde hay un retroceso en todos los campos de la República. Preguntas estas que darán mucha tinta y sobre todo mucha acción conciente en el campo de la política para ser contestadas.